Azúcar para personas con Diabetes
La vida es dulce, especialmente para los niños, pero ¿cuál es el papel que el azúcar desempeña en el control de la diabetes? ¿Es perjudicial? O, con moderación, ¿es apenas un gusto inocente?
Del punto de vista nutricional, realmente no necesitamos consumir azúcar. El hígado es capaz de producir de 250 a 300 gramos de la glucosa que un adulto saludable normalmente necesita por día. Pequeñas cantidades de glucosa en una comida no causan un aumento en la glicemia, de acuerdo con varios estudios en los cuales se cambió una pequeña cantidad de almidón por glucosa en una comida. Esto significa que puede añadir 5 gramos de azúcar en una comida sin riesgo, por ejemplo, en forma de salsa de tomate.
Cuando el azúcar forma parte de la comida, debe ser balanceada por una reducción comparable en carbohidratos o en un aumento adecuado de insulina. El azúcar dietética no aumenta la glicemia más que una cantidad equivalente al almidón. Esta es una excelente noticia para las personas con diabetes, pues hace que los planes de alimentación sean más fáciles de seguir. No obstante, el azúcar ingerida entre las comidas afecta más el nivel de glucosa sanguínea. Su nivel subirá tan rápidamente como si comiera dulces o pan blanco (sin mantequilla o cualquier otra cosa) entre las comidas.
Lo importante es saber si la comida contiene fibra o grasa, como galletas cubiertas de chocolate, que atrasan el vaciamiento gástrico. Muchas personas en el Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Canadá y otros países tienen exceso de peso y hay casos que pasan a la obesidad. Por lo tanto, debe evitar las comidas con alto grado de grasa si tiene problemas de peso.
La recomendación para disminuir la cantidad de azúcar en la alimentación se basa en factores más genéricos. Provee "calorías vacías", es decir, el azúcar solo da energía y no contiene otros nutrientes (esta energía causa aumento de peso y reduce simultáneamente el apetito por alimentos más saludables), además de hacer mal a los dientes.
En un estudio norteamericano en el cual los niños tomaron insulina dos veces por día, no hubo diferencia en los niveles de glucosa cuando tenían una dieta con un 2% de carbohidratos, como glucosa pura (frutas y pan), en comparación con las que tenían un 10% (frutas, panes, cereales, tostadas con mermelada para el desayuno, galleta de chocolate con el almuerzo, en la comida de la tarde un chocolate y, para la cena, un vaso de leche fría). Esto puede sorprender, pero se puede explicar por el hecho de que todas las comidas contenían grasa y proteína. El contenido total de carbohidratos fue el mismo para ambos tipos de comidas.
Es una práctica común disminuir la cantidad de carbohidratos a todo costo dentro del plan de alimentación para personas con diabetes. El problema causado por esa práctica es que hay un aumento en el grado de grasa en vez de carbohidratos, lo que hace que la dieta tenga calidad inferior a la de la dieta de muchos niños sin diabetes. Es mucho más importante comer regularmente y ajustar la dosis de insulina de acuerdo con el apetito y el contenido de carbohidratos de la comida.