La Diabetes Gestacional: ¿qué Tratamiento Seguir?
En primer lugar, es necesario poner en marcha un plan de alimentación equilibrado, que permita a la madre y al bebé aumentar de peso de manera saludable, sin afectar los niveles de glucosa. En general, el consumo de dulces y carbohidratos (azúcares) tiene que ser limitado y se deben hacer pequeñas meriendas entre las comidas para mantener estables los niveles de glucemia. Se recomienda también un programa de ejercicios moderados.
Si los niveles de glucosa siguen subiendo, a pesar del plan de alimentación y el programa de ejercicios, se debe iniciar un tratamiento farmacológico. El medicamento más estudiado, seguro y recomendado es la insulina. Para ello, el médico debe dar las instrucciones necesarias respecto a los tipos de insulina, las jeringas, los inyectores, las técnicas de aplicación y la dosificación.
Se deben controlar los niveles de glucemia de forma estricta con el medidor de glucosa. De igual forma, se recomienda la determinación de los niveles de cetona en la sangre o en la orina, como mínimo, una vez por semana, preferiblemente, en ayunas y en la primera orina de la mañana. Los parámetros que califican un buen control glucémico durante el embarazo son los siguientes:
- Glucemia en ayunas, preprandial, antes de acostarse y a medianoche ≤ 95 mg/dl.
- Glucemia 1 hora postprandial ≤ 140 mg/dl, medida a partir del inicio de la comida.
- Glucemia 2 horas postprandial ≤ 120 mg/dl, medida a partir del inicio de la comida.
- Glucemia entre 2:00 y 6:00 de la mañana entre 60 y 120 mg/dl.
- Hemoglobina glicosilada A1c < 6,5% en el trimestre.
- Cetonuria negativa en la primera orina de la mañana y en el caso de glucemia elevada.
- Tener un aumento de peso adecuado.
El seguimiento realizado por el equipo de salud es vital y debe incluir al médico, el nutricionista, el ginecólogo, el obstetra y el psicólogo. Los aspectos educativos, asimismo, son fundamentales en cuanto a la importancia de un buen control metabólico, con el fin de evitar complicaciones a la madre y al bebé.
Para la mayoría de las mujeres que presentan diabetes gestacional, la enfermedad desaparece tras el parto. Solo un pequeño número de mujeres sigue presentando el problema. Por lo tanto, se recomienda que realice nuevas pruebas de glucemia en la sangre entre la 6.ª y la 12.ª semanas después del parto con el objetivo de determinar si los niveles de azúcar volvieron a lo normal o para diagnosticar el grado de alteración glucémica remanente.
Los estudios de seguimiento de las mujeres que desarrollan diabetes gestacional han demostrado que tienen una probabilidad del 50% de desarrollar la diabetes del tipo 2 en los 20 años posteriores al embarazo. Así pues, se recomienda que mantenga un plan de alimentación equilibrada y una rutina de ejercicios, evite el aumento de peso, analice los niveles de glucosa con regularidad y haga el control de la diabetes anualmente. A fin de cuentas, el tratamiento oportuno y adecuado mejora el pronóstico de la madre y del bebé.