La Glucosa en la Sangre
La glucosa en la sangre proviene de los carbohidratos que ingerimos en la alimentación. Esto incluye el azúcar y los alimentos con almidón, tales como el pan, las pastas y el arroz. Cuando comemos, los carbohidratos pasan de su estómago al intestino delgado y, a continuación, se fragmentan en glucosa. Parte de esta glucosa es convertida por su cuerpo en glucógeno, que se almacena en el hígado y en los músculos. La sustancia que queda, viaja por el torrente sanguíneo para suministrar combustible a las células y los órganos del cuerpo. Cuando usted usa el medidor de glucosa para hacer el autocontrol, la parte que está en el torrente sanguíneo señala el nivel de glucemia de la sangre.
Su cerebro y sus células necesitan energía que proviene de la glucosa para que su cuerpo funcione. Por lo tanto, es importante que su nivel de glucemia esté dentro de un rango saludable.
Los carbohidratos de la alimentación se utilizan para alimentar las células y el cuerpo durante la comida y en las próximas dos o tres horas. Si se utilizan en su totalidad, el nivel de glucemia comienza a bajar. En este momento, su hígado transforma el glucógeno que estaba almacenado en glucosa, para enviarla a la circulación sanguínea. Si usted está sin comer por un largo tiempo y el almacenamiento de glucógeno se agota, su cuerpo inicia la transformación de la grasa y de la proteína que están almacenada en su cuerpo en glucosa. Este proceso se llama "neoglucogénesis".
La glucosa presente en la sangre se adquiere de tres formas:
1. Por medio de los carbohidratos que usted come. Esta es la principal fuente de glucosa en la circulación sanguínea.
2. Parte de la glucosa que proviene de los carbohidratos que usted come se convierte en glucógeno, que se almacena en el hígado. Cuando el nivel de glucosa del cuerpo baja mucho, el hígado convierte el glucógeno otra vez en glucosa para que pueda entrar en el torrente sanguíneo.
3. Cuando hay ingestión de carbohidratos y el almacenamiento de glucógeno termina, baja el nivel de glucemia. Su cuerpo, entonces, convierte la grasa y la proteína en glucosa, en un proceso llamado "neoglucogénesis".