Qué es la diabetes
Qué es la diabetes: es una enfermedad crónica, sin cura, pero controlable, que afecta a muchas personas en Latinoamérica. Hay cuatro tipos de diabetes: de tipo 1, de tipo 2, la gestacional y un grupo de trastornos que se denominan "otros tipos específicos de diabetes".
La diabetes de tipo 1 es la más común en personas jóvenes. Representa aproximadamente al 5% de todos los casos de la enfermedad(1). En este tipo, el páncreas deja de producir insulina. Es debido a esto que las personas necesitan recibir tratamiento hormonal y otras medicinas.
La diabetes de tipo 2 es mucho más frecuente y representa el 91% de los casos(2). Por lo general, se presenta en personas adultas, mayores de 40 años y con algún grado de sobrepeso u obesidad. En la diabetes de tipo 2, la deficiencia de insulina es más relativa, por lo que el tratamiento hormonal no siempre es necesario.
La diabetes gestacional se refiere a un cambio de la glucosa en el metabolismo, que inicia o se reconoce por primera vez durante el embarazo. Los "otros tipos específicos de diabetes" son un grupo de enfermedades distintas que pueden causar aumento en los niveles de azúcar en la sangre.
En este apartado, vamos a centrarnos en análisis más complejos sobre la enfermedad más frecuente: la diabetes de tipo 2. Puede producirse por dos razones que, en general, se manifiestan simultáneamente. Primero, porque el páncreas no produce suficiente insulina; segundo, porque las células del cuerpo no la absorben de forma adecuada. La insulina es una hormona responsable de la disminución de los niveles de azúcar en la sangre. Cuando la cantidad de azúcar aumenta en personas con diabetes de tipo 2, los niveles de glucosa en la sangre siguen elevados, una vez que la producción de la hormona no es suficiente o porque el organismo no consigue asimilarla.
Muchas veces, se diagnostica la diabetes muy fuera de tiempo o, simplemente, no se hace, ya que sus síntomas pueden ser muy leves o pasar desapercibidos. Esto es grave, a fin de cuentas, pues está demostrado que un diagnóstico temprano, seguido de un tratamiento adecuado, reduce significativamente la tasa de complicaciones de la enfermedad.
El reconocimiento de la diabetes se hace mediante pruebas de laboratorio que miden la cantidad de azúcar en la sangre. Esta evaluación es diferente de la que se hace con el medidor de glucosa (glucómetro), instrumento que mide los niveles de glucosa de forma instantánea a partir de una gota de sangre. Se debe utilizar el glucómetro para monitorizar dicha enfermedad.
El objetivo del tratamiento de la diabetes es mantener los niveles de la glucosa en la sangre dentro de la normalidad. Por esto se requiere que las personas con diabetes o sus familiares aprendan a medir estos niveles con la ayuda de dispositivos sencillos, diseñados para este fin. Para alcanzar el objetivo del tratamiento, es importante también que se realicen pruebas de laboratorio de forma regular. De esta forma, se puede saber cuál es el estatus de la enfermedad, además de tener la posibilidad de programar las visitas periódicas al médico.
El tratamiento de la diabetes de tipo 2 se basa en una alimentación adecuada, en el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física y en el mantenimiento de un peso saludable. Cuando estas medidas resultan insuficientes, como en los casos más severos, es necesario recurrir a los fármacos.
La diabetes de tipo 2 puede empeorar a lo largo del tiempo si no se controla de forma correcta y son varias las complicaciones de la enfermedad. Cuando se es consciente de esto antes, es más fácil prevenirla o identificarla a tiempo. Por ejemplo, ¿sabía que la diabetes aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas, como el infarto, además de enfermedades cerebrales o problemas en los vasos sanguíneos, tales como las dificultades en la circulación? Y lo peor: si no se controla de manera correcta, se puede perder total o parcialmente alguna extremidad del cuerpo(1).
La diabetes reduce también la sensibilidad(2). Si esto ocurre junto con los problemas en los vasos sanguíneos, se puede tener lesiones muy delicadas, especialmente en zonas de alto riesgo, tales como los pies. Los riñones también pueden verse afectados. Si progresa la enfermedad y no se controla, puede dañar de forma significativa la función renal, hasta el punto de necesitar diálisis o incluso un trasplante. Otro órgano que también es altamente afectado es el ojo, ya que se puede perder gran parte de la visión. Por último, la piel asimismo puede afectarse, pues las lesiones, muchas veces, son las primeras manifestaciones de la enfermedad que se pueden observar.
Como se puede ver, la diabetes es una enfermedad grave, que puede afectar en gran medida la calidad de vida. A pesar de ello, si las personas que tienen el diagnóstico se comprometen a cuidarse, siguiendo las recomendaciones de nutrición y de actividad física, controlando adecuadamente y siguiendo el tratamiento prescrito por el médico, pueden tener una buena vida, tranquila y sentirse bien durante muchos años.
(1) ADA – American Diabetes Association. Disponible en: http://www.diabetes.org/diabetes-basics/type-1/. Acceso: 30/11/2016.
(2) Atlas International Diabetes Federation. 2015.
(3) DIABETES - A MAJOR RISK FACTOR FOR KIDNEY DISEASE. National Kidney Foundation. Disponible en: https://www.kidney.org/atoz/content/diabetes. Acceso: 06/12/2016.
Revisado: Nov/2016. 059528-160906